Cierro los ojos y me dejo llevar, me
dejo llevar por las sendas inescrutables de los sueños, de la
fantasía, del amor. Ningún otro acorde me puede llevar tan lejos,
tan alto, tan profundo, ninguna nota es tan perfecta, tan intensa,
tan especial. La candencia es el cielo raso de una noche de
primavera, es fragancia de las flores al nacer, es nada y es el
universo. Las consideradas mejores piezas escritas para piano son
esto y mucho mas.
Los nocturnos op. 9 son un conjunto de 3 piezas
escritas por Frédéric Chopin que vieron la luz en 1832 y fueron
dedicadas a madame Camile Pleyel. Pero hoy solo hablaremos del
primero o mejor dicho del Nocturno Op. 9 n.º 1 en Si bemol menor.
Aunque la mayoría atribuye a Chopin la creación del estilo
nocturno, fue el compositor irlandés John Field el original creador
de los movimientos que poco mas tarde Chopin, gran admirador del
trabajo de Field, hiciera de ello su sello de identidad.
El
Nocturno Op. 9 n.º 1 en Si bemol menor tiene una soltura rítmica
que caracterizó los últimos trabajos de Chopin. La mano izquierda
tiene una secuencia ininterrumpida de corcheas en arpegios sencillos
durante toda la pieza, mientras que la mano derecha se mueve con
total libertad en patrones de siete, once, veinte y veintidós notas
mientras crece, se oscurece, vuelve a crecer para acabar en una plena
y perfecta quietud...
Luego llegaría el exquisito Nocturno
Op. 9 n.º 2 en Mi bemol mayor, pero esa seria otra historia.
Información recopilada de La Wikipedia
y similares.
Nocturno Op. 9 n.º 1 en Si bemol menor - Frédéric Chopin